Procesos de transición
Para algunas personas su identidad no corresponde con las expectativas de género impuestas a partir del sexo que se les asignó al nacer. Cuando esa incongruencia se hace más intensa e inescapable aparecen muchas preguntas ¿Qué ocurre conmigo?, ¿por qué no puedo sentirme como los demás?, ¿de dónde provienen estos sentimientos?, ¿qué consecuencias podría traer a mi vida si sigo reflexionando al respecto?, y por el contrario, ¿qué podría ocurrir si lo ignoro?
Son preguntas importantes y valientes, cuyas respuestas pueden generar temor sobre todo cuando son afrontadas en soledad, lo cual profundiza la sensación de aislamiento y extrañeza. Cuando nos permitimos poner en voz alta nuestras dudas en un espacio seguro tenemos la oportunidad de organizar lo que sentimos para saber cómo queremos usar nuestras emociones y entender los procesos que queremos llevar a cabo.
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Ya que la disforia puede tener múltiples orígenes, no todas las personas que experimentan disforia de género tienen que transicionar médica o socialmente para aliviarla, ni todas las personas que transicionan sienten disforia de género.
Alok Vaid-Menon
Un móvil que puede impulsar el deseo de transicionar está relacionado con usar la transición como forma de lidiar con experiencias traumáticas. En ese caso, si los principales motivos de la transición tienen un carácter evitativo, en lugar de la alineación con la propia identidad, una transición puede exacerbar estos sentimientos. Por el contrario, explorar primero los miedos y ansiedades que motivan a la transición puede ser un camino interesante para decidir iniciarla.
Por el contrario, ¿es el proyecto de una transición una invitación para encontrarte con una parte más auténtica tuya? En ese caso tramitar el duelo por las expectativas que se nos impusieron y las que aún podemos tener para nosotres mismes ayudará a consolidar las sensaciones, pensamientos y emociones que te permitirán decidir y apropiarte del tipo de transición será la ideal para ti.
